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Sesiones de intercambio

 

Mientras que las sesiones remuneradas se rigen por contratos a medida, normalmente después de largas peleas, las sesiones de intercambio o TFCD se realizan para mejorar el portfolio y obtener publicidad. Sus reglas son algo diferentes. O sea, es como que yo te pinto la pared y tú a cambio le dices a todo el mundo que soy barato, trabajo rápido y no hay nadie mejor que yo. Aunque la haya pintado de verde manzana y a cachos.

Como en ocasiones hay confusión y me preguntan cómo se regula esto, diré que cada cual lo hace como le da la gana, mientras haya consenso. A los modelos aconsejo mirar primero el portfolio del fotógrafo e ir acompañado, si es posible, de Chuck Norris. Pero para aclarar como funciono yo, quiero exponer aquí mis condiciones para los intercambios así, si te apetece hacer uno, ya sabes que tienes que traerme chocolate.

Hay que tener en cuenta que realizo estas sesiones para que se me conozca, que los demás aprecien mi trabajo (o lo critiquen) y, a la postre, se acuerden de mi cuando necesiten fotografías. Porque ya se acuerdan de mí cuando necesitan dinero o esconder cadáveres. Si no se obtiene un retorno en este sentido, al menos en mi caso, tampoco tiene sentido un intercambio. Vamos allá:

1. El copyright o derechos sobre las fotografías siguen siendo exclusivamente del fotógrafo – o sea yo, en este caso - aunque por educación suelo preguntar antes de publicar fotografías de desnudos o comprometedoras. Normalmente las publico en Facebook, en mi web, en 500px y en YouPic, pero a lo mejor solo las enseño a los amigos con el iPad.

2. Entrego las fotografías seleccionadas y editadas al modelo, en JPEG de gran formato, añadiendo mi firma y/o marca de agua si así lo considero oportuno. A veces hay fotos que yo no elegiría pero el modelo sí, en ese caso las podemos ver juntos y las editaré aunque no me gusten, porque soy así de buena persona.

3. No, no entrego el RAW. El RAW es mío, es mi tessooorooo. Punto.

4. El modelo, así como eventualmente la empresa, maquilladora, peluquera, blog, etc. que quieren este intercambio, tienen luego el derecho a publicar las fotografías en su web, blog, Facebook, Twitter, Instagram, Tuenti, imprimirlas, tatuárselas en los glúteos o cualquier otra cosa les guste, siempre que:

a. No se modifique de ninguna manera la fotografía original entregada, ni en tamaño, color, tono, etc. La fotografía no se puede editar de ninguna manera. Esto es, sin perjuicio de que haya un acuerdo escrito que modifique esta regla.
b. No se elimine, edite, esconda la firma y/o marca de agua de la fotografía original. Esto es negociable, porque a veces me paso con el tamaño de la firma, si la quieres menos espectacular me lo pides. Pero se tiene que ver, eso sí.
c. Se me nombre como fotógrafo, indicando que fue realizada por Jack Fluck Photography y se añadan los links a mi web www.jackfluck.com y a mi página profesional de Facebook www.facebook.com/JackFluck.
d. Todo lo arriba descrito supongo que no se aplica en caso de tatuajes, eso tendría que pensarlo.

5. Si se quieren publicar las fotografías con un tamaño modificado o se utiliza una aplicación que automáticamente las corta, no hay problema. Me podéis pedir una versión pensada para ese sitio o esa aplicación, con la firma en otra posición, para que encaje y lo haré. Insisto, si nadie sabe quién ha hecho la foto prefiero seguir jugando al Zombicide, que mola más.

6. Si algún amigo, amiga, enemigo o desconsiderado le roba la foto al modelo, la modifica y la publica, el responsable de pelear con él es su amigo, no yo. Pero si es para echar una mano, puedo llamar a unos amigos muy grandotes que por una cerveza rompen rodillas que da gusto.

Si alguna de estas reglas no te gusta, tampoco hay problema: para eso están las sesiones remuneradas. ¿Quieres que tu sobrina te la edite y le añada un unicornio de colores? ¿Tu diseñador favorito cree que los filtros de Instagram son el mejor invento después del hilo dental? ¿Quieres hacer creer que tienes brazos tan musculados que parecen sacos llenos de melones? Ningún problema, se pone en el contrato y todos contentos.

P.D. Utilizo la palabra “modelo” para ambos géneros, tal y como aconseja la RAE y porque odio eso de la @.

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